miércoles, 19 de septiembre de 2012

Ni voto ni me quedo callao

     "Vota o quédate callao" dicen por ahí. Y con actitud y todo. Es de suponer que la filosofía detrás de esa "orden" es que si no votas en las elecciones no tienes derecho a quejarte cuando las cosas no salgan como esperabas. Pues no. Si votar es un derecho, automáticamente no votar se convierte en derecho también. Es como si tuvieras que comer aunque no te guste el menú. Como bailar con música que no te gusta o casarte con alguien a quien no amas. Mirando el menú, prefiero el hambre.
 
     Pensar que el derecho a protestar y reclamar te lo dá haber votado en las elecciones es un tanto "inocente". Lo cierto es que el derecho a reclamar te lo dá el pagar tus contribuciones. Porque tu dinero es el que se roban, desperdician, malgastan y utilizan para repartirlo entre los que no contribuyen y lo más seguro son los primeros en la fila para votar. Es el que usan para acomodar en puestos de gobierno a todo el que ondeó una bandera o cargó una alcancía en un semáforo durante la campaña. Es el que usan para mantener al chorro de vagos que están todo el día llamando a las emisoras de radio a hablar  sandeces.Los que pagamos contribuciones trenemos más derecho a reclamar que los que no contribuyen pudiendo hacerlo.
 
      Cuando algún partido presente una plataforma pensando en los que trabajan (de verdad, no los unionados vagonetas y vividores), en los que cargan el país y en silencio aguantan porque no tienen tiempo de estar en la tontería politiquera del diario vivir, en los que tienen que soportar el ruido de las guaguas de sonido y la jaibería proselitista, entonces puede ser que vaya y vote. Mientras tanto, NI VOTO NI ME QUEDO CALLAO.