martes, 26 de febrero de 2013

Estimable señor Varela

Esta es copia de la carta enviada al representante Varela y a la redacción del periódico El Vocero. No sé si le harán caso. Pero por lo menos ustedes la están viendo.



Estimable señor Varela:

            He leído sus expresiones referentes a la APP del aeropuerto Luis Muñoz Marín. Presumiendo que son ciertas (uno nunca sabe con los periodistas de La Isla Bendita) entiendo que usted ha tocado un punto neurálgico de nuestra vida como país. Quiero felicitarlo porque en realidad es extraño que un político de los de La Isla Bendita dé en el clavo con tanta precisión. Las palabras más coherentes y sabias que se han escuchado sobre éste asunto las ha dicho usted; “Una nación que no es capaz de administrar un monopolio, tiene una seria crisis para gobernarse a sí misma.” Las mismas son reforzadas fuertemente al decir: “Cualquier empresa de progreso depende, en primera instancia, de que tengamos voluntad y arrojo.”

            Ahora viene el “pero”. Los monopolios del gobierno no son del pueblo. Son de las uniones, los asesores y los accionistas. Al ciudadano común y corriente no le llega un cheque mensual de ningún monopolio del gobierno. Al contrario, cuando los monopolios tienen problemas en lugar de buscar maneras de mejorar su eficiencia optan por meterle la mano al bolsillo al pueblo, o mejor dicho, a la parte mínima del pueblo que paga por las cosas. Si los recaudos no son suficientes no tratan de resolver el problema recaudando lo que no les entra, optan por lo fácil, aumentar el costo. La babosería de decir que las empresas del gobierno son del pueblo es sólo eso, una babosería inculcada por los que están chupando de esa teta. También se trata de demonizar a la empresa privada. Vivimos en un sistema capitalista, las empresas existen para hacer dinero. Por eso, a diferencia del gobierno, tienen métricas. Si no hay productividad no hay bono. Si no brindas resultados no tienes trabajo. Si no trabajas no cobras. Los resultados dictan las compensaciones. En el gobierno sin embargo, si trabajas cobras y si no, también. No se exigen resultados. Aunque el monopolio esté quebrado los bonos de productividad y los aumentos se otorgan como quiera. Muchas veces se escucha la frase: “Hay que cogerlo suave porque esto es pa’ treinta años”. Y la diferencia grande es que la empresa privada tiene en su contra a la competencia y como si fuera poco a la ineficiencia del gobierno. Los ciudadanos responsables y la empresa privada son los que sostienen ese monstruo gubernamental asfixiante. Por lo tanto, demonizar a la industria privada es otra babosería que se ha repetido por años y lo que demuestra es una cultura de envidia tanto económica como profesional. El capital privado no venció “al pueblo”. El “pueblo” perdió por “default”. Por ineficiente, falto de arrojo y determinación. ¿Y qué nos trajo aquí? Fácil. Mientras el requisito para trabajar en el gobierno sea ser un “lambeojo” de un político, cargar una bandera en una caravana, pasquinar, ser sobrino de alguien o tener una “pala”, no se puede esperar mucho de nuestros monopolios.

            Esto ya no aguanta más. Y las próximas deben ser la AEE, la AAA, Hacienda y el CRIM y todas las demás. Ninguna sirve para nada. Por años he preguntado a cientos de personas: ¿Puedes nombrarme una agencia de gobierno que funcione? Nunca he recibido respuesta.

            Volviendo al aeropuerto. ¿Alguien en sus cabales se metería en un negocio quebrado, con una infraestructura deficiente y con una deuda multimillonaria? Sí. Alguien que se dé cuenta que ese negocio bien administrado debe funcionar. Eso fue lo que pasó. Que los que chupan y chupan sólo saben hacer eso. Chupar y chupar. Y los que saben administrar ven las oportunidades.

            Por último. Se rumora que van a aumentar el IVU para resolver el problema del retiro. El IVU no hay que aumentarlo. El IVU lo que hay es que recogerlo. Sólo tienen que poner a trabajar a esos “servidores públicos” que están dándole nalga a una silla. Sería una desfachatez (otra más) que le cobren el desmadre del retiro a personas que no reciben ese beneficio ni lo recibirán por no “trabajar” en el gobierno.

            Hace unas semanas ENDI publicó una encuesta sobre las personas que quieren irse del país. Somos muchos. Y somos los profesionales jóvenes que entendemos que como va esto no hay futuro para lo que nos quede de vida, y peor aún, para nuestros hijos. Ustedes tienen la oportunidad de hacer la diferencia. Sólo tienen que tener “voluntad y arrojo”.

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